‘Slow cosmetics’ – Una rutina de belleza ‘Sostenible’

El movimiento ‘Slow cosmetic’ ha ganado popularidad en los últimos años como una respuesta a la creciente preocupación por la salud y el medio ambiente en la industria de los cosméticos y los productos de belleza. Slow Cosmetics es una filosofía que fomenta la conciencia sobre los ingredientes y la fabricación de los productos de belleza, y anima a las personas a ser más conscientes y responsables en su elección de productos. Este movimiento tiene como objetivo proteger la salud de los consumidores y optimizar la eficiencia de su rutina de belleza para favorecer la longevidad.

Desafortunadamente, muchas empresas grandes en la industria cosmética utilizan ingredientes tóxicos en sus productos para hacerlos más atractivos para los consumidores y más fáciles de comercializar. Estos compuestos químicos pueden dañar la salud de la piel e interferir con su longevidad. Se ha probado que el uso prolongado de algunos de estos ingredientes puede llegar a desequilibrar nuestro sistema endocrino creando desbalance hormonal y promoviendo la formación de cáncer y otras enfermedades. Por esta razón uno de los aspectos clave del movimiento ‘Slow cosmetics’ es la importancia de tomar el tiempo de leer las etiquetas de los productos cosméticos.

Aquí está una lista (no exhaustiva) de algunos ingredientes potencialmente dañinos que se encuentran comúnmente en los productos cosméticos y de belleza:

  • Parabenos: conservantes que pueden imitar el estrógeno y aumentar el riesgo de cáncer de mama.
  • Sulfatos: pueden irritar la piel y causar dermatitis.
  • Fragancia artificial (Perfumes): puede causar reacciones alérgicas y asma.
  • Aceites minerales (derivados de petróleo): pueden obstruir los poros y causar enrojecimiento y piel seca.
  • Bisfenol A (BPA): se encuentra en algunos productos de plástico y puede imitar el estrógeno y afectar la función endocrina.
  • Triclosán: un agente antibacteriano utilizado en productos de limpieza y cuidado personal que puede interferir con la producción de hormonas y el sistema endocrino.
  • Ftalatos: se encuentran en productos de plástico suaves y pueden interferir con la producción de hormonas y la fertilidad.

 

Por otro lado, hay muchos ingredientes naturales que son buenos para la piel y promueven la salud y la longevidad. Algunos de los más populares son:

  • Aceite de Jojoba: es muy similar al sebo humano y es suave para la piel.
  • Aceite de Rosa mosqueta: es rico en ácidos grasos esenciales y vitamina C.
  • Aceite de Argán: es rico en antioxidantes y ácidos grasos esenciales y es excelente para la piel madura.
  • Extracto de Caléndula: es antiinflamatorio y se utiliza para tratar cicatrices y dermatitis.
  • Extracto de Consuelda: estimula la regeneración de las células.
  • Aceite esencial de Lavanda: suavizante y cicatrizante.
  • Aceite esencial de Tea Tree: antibacteriano y antifúngico.

 

Es importante elegir productos cosméticos que sean saludables y elaborados por empresas que están alineadas con el movimiento ‘Slow cosmetics’. Esto significa buscar productos que no contengan ingredientes tóxicos, que estén hechos con ingredientes naturales y sostenibles y que sean elaborados por empresas comprometidas con la salud y el bienestar de los consumidores y el medio ambiente.

Siempre hay que recordar que una rutina de belleza sana debe estar al servicio de nuestra salud y promover la longevidad de forma sostenible.

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