EL ÁRBOL DE QUINA
El árbol de Quina o Cinchona (Cinchona officinalis) es una planta medicinal que ha sido utilizada por las comunidades indígenas de América del Sur durante siglos para tratar diferentes afecciones, incluyendo trastornos autoinmunitarios, fiebres y sobre todo, la malaria. Originario de las regiones tropicales andinas de Sudamérica, el árbol de Quina puede alcanzar una altura de hasta 20 metros. Tiene una corteza gruesa y hojas verdes largas y brillantes, produce flores blancas o rosadas y frutos en forma de cápsulas. Su principio activo predominante, la ‘quinina’, se encuentra en la corteza del árbol y es soluble en alcohol etílico, por lo cual las poblaciones nativas suelen usar la planta en forma de maceraciones en pisco o aguardiente. Es interesante mencionar que al ser un ‘tónico amargo’, la quinina también esta presente en el agua tónica, un ingrediente clave en la preparación de los populares cocktails «gin tónico».
SU HISTORIA
La historia de la Cinchona está estrechamente ligada a la condesa de Chinchón, esposa del virrey del Perú en el siglo XVII. La condesa contrajo malaria durante su estancia en Perú y los curanderos locales la trataron con una decocción de corteza de Cinchona. Gracias a este remedio, la condesa recuperó su salud y, como muestra de su gratitud, decidió llevar semillas de Cinchona a España con ella, lo que permitió que esta planta medicinal fuera conocida y utilizada en todo el mundo. La Cinchona es considerada un patrimonio del Perú y es un elemento importante en su bandera nacional, donde es representada por un árbol de Quina con hojas verdes.
EN LA HOMEOPATÍA
Cabe mencionar que la Cinchona tuvo un papel fundamental en la creación de la Homeopatía. En 1790, Samuel Hahnemann, un médico alemán, experimentó con la quinina y descubrió que cuando se administraba en dosis altas, inducía fiebre, pero que en dosis mas bajas, la curaba. Este descubrimiento empírico lo llevó a fundar el principio clave de la homeopatía llamado «Ley de la similitud» el cual deriva de la famosa frase de Hipócrates «Similia similibus curantur» (lo similar se cura con lo similar). La ley de la similitud sostiene que las sustancias que causan síntomas en dosis grandes pueden ser utilizadas para tratar los mismos síntomas en dosis bajas. Basándose en este principio, Hahnemann fundó la homeopatía y desarrolló muchos remedios homeopáticos en base a la cinchona y la quinina para tratar una variedad de enfermedades.
EN LA FARMACOLOGÍA MODERNA
El descubrimiento del principio activo de la cinchona, el alcaloide denominado ‘quinina’, fue un hito importante en la historia de la medicina, cuando se extrajo por primera vez de la corteza de la planta en 1820. El medicamento se demostró efectivo en el tratamiento de la malaria1y su uso se extendió rápidamente en todo el mundo. Con el tiempo, la quinina dio lugar a la creación de derivados sintéticos como la cloroquina, un fármaco que sigue siendo el antipalúdico más utilizado a nivel mundial y que se receta como inmunomodulador para enfermedades autoinmunes tales como el lupus y la artritis reumatoide. Hay que mencionar también que la quinina es conocida por ser un agente esclerosante e inhibidor de la angiogénesis2, por lo cual se utiliza en la ‘escleroterapia’ un tratamiento contra los hemangiomas, ciertas neoplasias, las hemorroides y las venas varicosas.
Varios estudios recientes han demostrado que tanto la quinina como la cloroquina tienen un gran poder antinflamatorio mediante su actividad de inhibición de ciertas citoquinas proinflamatorias3como el factor de necrosis tumoral alfa ‘TNF-α’ y el interferón gamma ‘IFN-γ’. Por esta razón, estos compuestos son muy útiles en el tratamiento de la ‘neo-gripe estacional postmoderna’4. Un estudio del 2021 sugiere que la quinina, como ‘tónico amargo’, tiene una gran afinidad por los ‘receptores de gusto amargo’ (TAS2Rs)5, los cuales tienen un papel importante en la regulación de los mastocitos6. A través de este mecanismo, el estudio concluye que la quinina puede ayudar a aliviar los síntomas relacionados con el asma789, el eczema y otros fenómenos relacionados con una cantidad elevada de histaminas10. Los datos parecen indicar que la quinina podría dar un gran aporte en el manejo del ‘síndrome de activación mastocitaria’. Sabiendo que la sobre-activación crónica de los mastocitos causa inflamación y, por ende, un envejecimiento acelerado del organismo, podemos concluir que el consumo ocasional de quinina podría favorecer la longevidad. De hecho, algunos suplementos anti-envejecimiento, como la quercetina y el resveratrol, son famosos por ser estabilizadores de mastocitos.
*Advertencia: Hay tener en cuenta que según la dosis, la quinina puede tener efectos secundarios, como dolor de cabeza, náuseas, mareo, insomnio y alteraciones en el ritmo cardíaco. Además, la quinina está contraindicada en ciertas personas, incluyendo aquellas con trastornos de la coagulación, miastenia grave, insuficiencia renal y hepática, y en mujeres embarazadas o lactantes. Por lo tanto, es esencial consultar con un médico o especialista de la salud antes de tomar quinina y evitar la automedicación, ya que puede ser peligrosa.
LA HERENCIA DE LA MEDICINA ANCESTRAL
Es impresionante notar como los curanderos locales descubrieron y utilizaron esta planta de manera tan significativa hace siglos, demostrando una sabiduría profunda en su relación con la naturaleza, especialmente con el reino vegetal. La cinchona es un ejemplo de cómo la naturaleza puede ofrecer soluciones efectivas a los problemas de salud humana, y los médicos sabios del pasado utilizaron esta relación símbiotica para tratar enfermedades. Es fundamental preservar el conocimiento de las plantas curativas y la medicina ancestral como patrimonio de la humanidad y de la tierra. Esto no solo garantiza la continuidad de la investigación y el desarrollo de nuevos tratamientos, sino también permite que las futuras generaciones aprendan y se beneficien de la riqueza de la sabiduría que se ha heredado de nuestros ancestros.
Pierre-Alexandre Duchaine
Fitoterapeuta, Aromaterapeuta, Wellness coachHerborista de profesión, apasionado por la etnobotánica y practicante de la alquimia. Mis intereses abarcan desde las sabidurías antiguas hasta las ciencias modernas. Investigo temas relacionados con la herboristería, la nutrición, la alquimia y la longevidad. Me dedico a la formulación de productos naturales como laboratorista. Ofrezco talleres y consultas en salud holística, integrando herramientas como la fitoterapia y la aromaterapia, la alquimia y el hermetismo, la nutrición, el fitness y la longevidad.
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